martes, 30 de noviembre de 2010

LA PRINCESA ELEFANTE (CAPÍTULO 10)

Capítulo 10
       Y sin saber cómo ni por qué resultó que la elefantita repentinamente fue capaz de superar su miedo a los ratones. ¿Habrá tenido algo que ver algún hada mágica? ¿O tal vez será cosa de un duende del bosque?
       Bueno, ¡qué más da! Lo verdaderamente importante es que Flora se emocionó muchísimo al abrazar, besar y cargar a sus padres con su trompa. Pero a la vez se sentía muy triste pues quería que sus padres volviesen a ser como antes. Así que juró que lo conseguiría.
                   Aquella noche la pasaron todos juntos en el bosque y al amanecer, bien temprano, salieron Federico, Flora y sus padres ratones en busca de los malvados, incluyendo a la bruja.
       Pero ¡qué mala pata! Los malvados se les habían adelantado y les habían tendido una trampa a Flora y sus amigos: Fueron encerrados con una rejilla y metidos en una jaula sin comida, ni bebida.

       Flora empezaba a sentirse mal, con dolores de barriga y vómitos, pero no sabía realmente a qué nueva situación le iba a tocar enfrentarse ahora, algo inesperado




LA PRINCESA ELEFANTE (CAPÍTULO 9)

Capítulo 9
       Federico fue a contarle a la princesa Flora que la bruja malvada había convertido a sus padres en ratones, pero ella se quedó aterrada por lo que estaba contando Federico y echó a correr por el inmenso bosque.
       Federico y sus amigos emprendieron un largo viaje por el bosque en busca de Flora y para encontrar una solución para sus padres, los ratones. Todos los animales caminaron y caminaron por el bosque hasta que llegaron a un río. Como era de noche decidieron descansar allí y, de repente, a Federico le surgió una idea


       Federico decidió contarle a sus amigos su idea:
-  ¿Por qué no tiramos piedras al río para ver si es posible que el hechizo de los ratones se rompa?

                   Y así fue cómo empezaron a tirar piedras al río, pero después de un largo rato ¡nada de nada! Ya cansados de tirar piedras al río se fueron a dormir.
       A la mañana siguiente empezaron a caminar por el bosque en busca de otra solución. Caminaban y caminaban sin parar, hasta que vieron a lo lejos muchas, muchísimas flores. ¡Qué preciosas que eran! Entonces a Federico se le ocurrió otra idea: Que los ratones huelan todas las flores, a ver si de esta manera el hechizo se rompe”.
                   Y así fue cómo los ratones empezaron a oler las flores, pero una vez más no pasó nada en absoluto.
       Federico y los otros animales estaban ya cansados de no encontrar una solución para los ratones y para su hijita Flora, pues a ella le asustaban mucho los ratones. Todos estaban tristes y apenados por no haber conseguido nada, pero seguían intentándolo. Así fue cómo Federico se dirigió a sus amigos y les dijo:
-  No nos vamos a rendir y siempre seguiremos unidos, por lo que continuaremos en la búsqueda de una nueva solución

lunes, 29 de noviembre de 2010

LA PRINCESA ELEFANTE (CAPÍTULO 8)

Capítulo 8
       Mientras tanto, en el bosque tenebroso, la malvada bruja planeaba con ayuda de su aliado el monstruo verde cómo vengarse del águila Federico y de los reyes. Así que hizo una pócima para convertir a cualquier ser humano en ratones.
       Se dirigieron los malvados al bosque y tanto buscaron que dieron con los reyes. Estos fueron obligados por el monstruo verde a tomarse la poción y con las palabras mágicas que la bruja pronunció:
Pom, pam, pim,
en ratones os
vais a convertir.

       Así fue cómo los reyes, los padres de Flora, quedaron convertidos en ratoncillos.
       Después de mucho caminar y caminar por el espeso bosque, después de pasar frío y hambre, después de atravesar ríos y montañas, los reyes encontraron a Flora, a Valeria y a Rodrigo
       Pero ¡qué sorpresa! Flora, al ver a sus padres, corrió despavorida ¡Claro: eran ratones! Sus amigos la siguieron y se perdieron nuevamente en la inmensidad del bosque
       Los pobres reyes ratones estaban desconsolados ya que ellos sabían que el hermoso elefante rosa era su hija Flora, pues su amigo Federico se los había contado.
       Mas ocurrió una cosa de lo más interesante: Federico y los ratones encontraron, al fin, una solución para que su hija no se espantara al verlos. Os la voy a contar



LA PRINCESA ELEFANTE (CAPÍTULO 7)

Capítulo 7
       Los padres de Flora al verse atrapados en la red silbaron fuertemente para que un águila gigante que cuidaba su castillo los escuchara. El águila, que se llamaba Federico, escuchó los silbidos desesperados de los reyes y rápidamente voló hacia el lugar de dónde estos venían. Al llegar allí, el águila se enfrentó con la bruja y el monstruo y, con mucho esfuerzo y un poco de suerte también, consiguió agarrar a los reyes con sus garras y llevarlos a un sitio seguro.
       Después de un buen rato, y con el susto en el cuerpo, decidieron que tenían que seguir con la búsqueda de su hijita Flora, pero esta vez en compañía de Federico, el águila.
       Federico llamó a varias aves amigas suyas y empezaron la búsqueda desde el cielo, pero el bosque era muy frondoso y las copas de los árboles apenas dejaban ver nada bajo ellas.


       Mientras tanto, en otro lugar del bosque, aún temblorosas por la experiencia vivida, Flora y Valeria estaban buscando la forma de encontrar a los padres de Flora. Así que Valeria dijo:
-  ¿Por qué no pedimos ayuda a los animales del bosque?
       Se pusieron manos a la obra y pronto empezaron a llegar animales de todas las especies. Pero de entre todos hubo uno que, por sus características, sorprendió a Flora. Era el elefante Rodrigo (verde y con lunares azules).
-  ¡Hola! le dijo tímidamente Flora.
-  ¡Hola! respondió amablemente Rodrigo.
       Así fue cómo comenzaron a hablar y, después de un buen rato, Rodrigo le comentó a Flora que él era un príncipe al que la malvada bruja había convertido en elefante.
       Flora le dijo a Rodrigo que si él colaboraba con ella en la búsqueda de sus padres, le volvería a convertir en un príncipe, ya que ella era una princesa con poderes que por ciertas circunstancias se había convertido en una elefante.
       Rodrigo se puso muy contento ante esta propuesta de Flora y dijo:
-  ¡Comencemos la búsqueda!
       Y así fue cómo en ese mismo instante Flora, Valeria, Rodrigo y algunos amigos más se pusieron en marcha.
       Por otro lado del bosque los reyes, al no haber obtenido resultados con la búsqueda llevada a cabo por Federico, el águila, y sus amigos, decidieron comenzar la búsqueda a pie sin saber qué otros peligros podrían estarles acechando en el bosque, ya que ellos aún no se habían olvidado de la malvada bruja y de las trampas que ésta pudiera estar preparando.
       ¿Se encontrarán Flora y sus padres?



LA PRINCESA ELEFANTE (CAPÍTULO 6)

Capítulo 6
la cocina. Así que se levantaron y fueron corriendo a ver qué pasaba.
       Vieron a la bruja preparando un hechizo, porque sabía que los padres de Flora estaban buscando a Flora y a Valeria desesperadamente.
       En un abrir y cerrar de ojos la bruja había hecho aparecer un monstruo gigantesco, de color verde, con manos azules y los ojos rojos Flora y Valeria se asustaron, mientras la bruja no paraba de reírse:
-  ¡Ja, ja, ja!

      
       Salieron corriendo de la casa. Flora corría tan rápido que hizo temblar toda la casa. ¡Cuál fue su sorpresa cuando al llegar al bosque se encontraron con los padres de Flora!
       El rey y la reina no pararían hasta encontrar a su hija. Lo que no sabían era que ese elefante rosa era su pequeña hijita Flora.
       El monstruo las estaba siguiendo. Estaban tan asustadas que no fueron capaces de decirle a los reyes que un monstruo las estaba siguiendo, así que corrieron y corrieron
       Los reyes no entendían nada, y al darse la vuelta vieron al horrible monstruo y a la bruja en su escoba voladora. Quedaron boquiabiertos y sin poder moverse mientras la bruja decía su conjuro:
Con tu susto
y un arbusto,
os atraparé
en un segundo.
“¡¡¡Flhas, Flhos, Flhus…salocatú!!!
       Los reyes quedaron atrapados en una gigantesca red que no se distinguía con la vegetación del bosque encantado.
       Después de haber corrido tanto y haber llegado tan lejos, Flora y Valeria se dieron cuenta de que ya estaban a salvo. Pero ¿qué había pasado con los padres de Flora?

LA PRINCESA ELEFANTE (CAPÍTULO 5)

Capítulo 5
       Aquella noche, mientras dormía en la casa de la bruja, Valeria soñó que la madre de Flora era una reina viuda que tenía una hija muy guapa. La princesa se parecía tanto a la madre que la reina no quería separarse de ella ni a sol ni a sombra. A todas partes la llevaba.
       Pero la niña se fue haciendo mayor y entró en edad de casarse, así que un día le dijo a su madre:
-  Madre, todas las princesas del lugar se han casado ya. Y a mí, ¿cuándo me toca?
-  Descuida, hija mía contestó la reina -. Todo se andará.

       Pero pasó otro invierno y la reina no volvió a hablar del asunto.
      
       Al llegar el verano dispusieron trasladarse a la casa de campo. Resultó que llegaron la misma noche de San Juan, y los campesinos y los criados estaban celebrando una fiesta con hogueras, bailes y canciones. Una de las canciones decía:

       Ésta es la noche lunera
       de nuestro patrón San Juan.
       Hay una princesa durmiente
       que en ella despertará.
       El niño que esté a su lado
       con él se ha de casar…”.

                   Y justo en ese mismo instante, Flora y Valeria se despertaron sobresaltadas al oír un extraño y fuerte ruido que provenía de







LA PRINCESA ELEFANTE (CAPÍTULO 4)

Capítulo 4

       Por un momento Valeria pensó que la preciosa elefanta rosa podría ser su querida amiga la princesa.
-  Si tiene los mismos zapatos…” pensó en voz alta.
       Pero como no podía hablar con ella, no estaba seguro de que fuera ella. De repente la elefanta rosa invitó con un gesto a Valeria a dar un paseo y jugar en los valles al lado del río.
       Estaban jugando muy contentas y corriendo por el valle y de repente se encontraron en un bosque. Ellas no sabían que ese bosque estaba encantado”. Era un bosque bellísimo, con muchos árboles y flores de todos los colores que alegraban la vista de los que pasaban por allí. Todas las tardes los animalitos del bosque se reunían para jugar. Los coloridos pájaros y las brillantes mariposas se posaban en los arbustos y en las vivas flores de colores. Todo era tan bonito que nuestras amigas se olvidaron totalmente de que tenían que volver a su casa. Y cuando se dieron cuenta de que se habían perdido, en el bosque ya estaba oscureciendo. Los árboles parecían estar vivos y había ruidos muy raros.


       Nuestras amigas estaban muy pero que muy asustadas. No sabían qué camino escoger para regresar al río, pues todos los caminos parecían iguales. Esperaron un poco y decidieron escoger uno, aunque no sabían dónde las llevaría.
       Anduvieron y anduvieron hasta que encontraron una casa abandonada, llena de moho y telas de arañas por todos sitios. Sintieron verdadero temor y como no sabían qué hacer se sentaron. De repente oyeron el chirriar de una puerta y sintieron un gran escalofrío. Estaba muy oscuro y no se veía prácticamente nada. Nuestras amigas se quedaron mudas al ver salir una vieja bruja de la casa. La vieja bruja preguntó:
-  ¿Quién está por ahí?
       La elefanta rosa y Valeria permanecieron calladas.
-  ¿Quién está por ahí? repitió de nuevo la vieja bruja con una voz ronca -. Sé que estáis ahí
       Al verlas se acercó y les preguntó:
-  ¿Qué hacéis por aquí, dulces criaturas?
       Valeria, con voz asustada, temblando de miedo, le contestó:
-  ¡Estamos perdidas en el bosque!
-  ¡Ja, ja, ja! rió la bruja -. Bueno, si queréis podéis pasar la noche en mi casa. Tengo algo de sopa y una camita calentita. ¡Ja, ja, ja!
       Valeria y Flora estaban muy cansadas y muy hambrientas, así que no tenían otra que quedarse allí y pasar la noche en la siniestra casa de la vieja bruja
       Mientras tanto los padres de Flora estaban buscándola por todo el pueblo y alrededores




LA PRINCESA ELEFANTE (CAPÍTULO 3)

Capítulo 3

       Pero lo que ocurrió entre Valeria y Flora no os lo vamos a contar ahora, lo dejaremos para más adelante Y es que la habitación de Flora era una habitación llena de mariposas mágicas, que desbordaba un intenso colorido y una magnífica fragancia. Cuando estabas allí parecía que estuvieses en un campo rodeado de flores y pájaros revoloteando junto a las traviesas mariposas.
       Lo que más nos preocupa ahora es que Flora era una princesita infeliz, ya que nunca tenía amiguitos ni amiguitas con quién jugar. Al ser princesa tenía que estudiar mucho durante muchísimas horas (mañana y tarde) mientras veía a los demás niños y niñas jugar y divertirse en el campo, y esto le apenaba bastante.
       Un día que estaba Flora en la ventana observando el campo vio a una niña a lo lejos jugando sola, lo que le llamó mucho la atención. Muy sigilosamente bajó de su habitación y sin que la vieran salió de su elegante castillo para acercarse a la niña. Justo cuando estaba a su lado le preguntó:
-  ¿Por qué estás jugando y corriendo sola sin que nadie te siga?
       La niña la miró extrañada porque iba allí todas las tardes a jugar y nunca la había visto. Y empezaron a hablar:
-  Hola, me llamo Flora y soy una princesa elefante. Y tú, ¿cómo te llamas?
-  Yo me llamo Talía y busco una amiguita con quién jugar ya que siempre juego sola en esta parte del campo.
-  Pues yo nunca he tenido amiguitos con los que jugar gimoteó la buena de Flora -, por lo que me gustaría que fueras mi amiga.
       La respuesta de Talía fue un sí estruendoso que se oyó en todo el bosque. Las dos corrían y saltaban muy contentas alrededor de los inmensos árboles. Los pájaros, las mariposas, las ardillas y todos los demás animalitos del bosque saltaban y jugaban con ellas dos.
       Al llegar la tarde, exhaustas y cansadas de tanto jugar, se despidieron para volver a verse al día siguiente.
       Esa noche las dos tuvieron sueños preciosos. Al despertar Flora se llevó una muy agradable sorpresa. En su armario había nada más y nada menos que un bonito vestido hecho de flores de color rosa y una corona a juego con una pulsera hecha de las mismas flores y con unas palabras grabadas en color turquesa: Que la amistad dure para toda la vida.
       Flora, muy contenta, corrió hacia su amiga Talía para contarle lo que le había sucedido en su habitación. ¡Y cuál fue su sorpresa al encontrarse las dos con sus vestidos de flores, sus coronas y sus pulseras de la amistad! Con un fraternal abrazo comprendieron que en la vida lo importante no es ser princesas o lacayos, que lo que realmente cuenta es la amistad, el amor y el respeto por los demás.

LA PRINCESA ELEFANTE (CAPÍTULO 2)

Capítulo 2
       Poco a poco la madre iba recobrando el sentido y corrió hasta el cuarto de Flora con la imagen de la elefanta rosa grabada en su retina, como si fuese un espejo. Al entrar en la habitación descubrió que Flora no estaba, aunque la habitación seguía igualmente desordenada.

       La madre de Flora bajó hasta el laboratorio donde su queridita princesita pasaba las largas tardes de lluvia.

-  FloraFlora - susurraba su madre, emocionada por contarle lo que había visto.
       Pero nadie respondía. De repente, a lo lejos, algo llamó la atención de la reina: En un cuenco observó un líquido con un color que sus ojos jamás habían contemplado. Al mirar unos segundos observó cómo algo brillaba en el fondo del cuenco Eran los diamantes de la corona de Flora, esculpidos por un gran y viejo mago que vivía en la espesura del bosque y cuyo nombre era Merlín.
       La reina, asustada, corrió a llamar a su querido esposo, el rey, para contarle lo que había sucedido.
       Mientras tanto, junto al lago, su amiga Valeria seguía esperando a Flora mientras silbaba y silbaba debido al maravilloso día de sol que hacía y a la ligera y encantadora brisa que peinaba su cabello. En un instante quedó completamente muda, al observar cómo una preciosa elefanta se sentaba a su lado, junto al lago. Y al recobrar la visión por el hechizo de tal belleza comprobó que llevaba los maravillosos zapatos de su querida amiga Flora




LA PRINCESA ELEFANTE (CAPÍTULO 1)

Capítulo 1
   Una mañana Flora se despertó en su castillo con mucha, mucha hambre, así que llamó a sus amigas, se puso su traje y sus tacones y se fue a desayunar a la cafetería de la esquina de su calle. Allí, hablando con sus amigas, decidieron ir de compras.
   Una hora más tarde Flora seguía en su castillo sin saber qué ponerse, así que comenzó a sacar uno y otro vestidos, zapatos, collares Se ponía uno, se lo quitaba, se ponía otro hasta que su madre, la reina, entró en su habitación y la arrestó por presumida y desordenada.
   Flora lloró desconsolada, hasta que una lágrima llegó al canal que rodea el castillo. Allí una oca llamó a Flora. Era su amiga Valeria que le preguntó:
-  ¿Por qué lloras? ¿No recuerdas que eres maga?

Flora, entusiasmada con las palabras de su
amiga, bajó al laboratorio para hacer una poción que la hiciera invisible. Pero como era tan, pero tan presumida y desordenada, no se dio cuenta de que en medio del brebaje se le cayó su corona de oro con diamantes, que se fundió rápidamente en el líquido.
   Flora, que en medio de su despiste no se enteró de que no llevaba la corona, se bebió la poción de un solo trago cuando oyó los pasos de su madre, convirtiéndose en una elefanta.
   Así que Flora salió del castillo para ir al lago con su amiga Valeria, pensando que su madre no la veía. Mientras tanto su madre se quedaba de piedra al ver saliendo de su castillo a una preciosa elefanta con tacones rosa