Capítulo 5
Aquella noche, mientras dormía en la casa de la bruja, Valeria soñó que la madre de Flora era una reina viuda que tenía una hija muy guapa. La princesa se parecía tanto a la madre que la reina no quería separarse de ella ni a sol ni a sombra. A todas partes la llevaba.
Pero la niña se fue haciendo mayor y entró en edad de casarse, así que un día le dijo a su madre:
- Madre, todas las princesas del lugar se han casado ya. Y a mí, ¿cuándo me toca?
- Descuida, hija mía – contestó la reina -. Todo se andará.
Pero pasó otro invierno y la reina no volvió a hablar del asunto.
Al llegar el verano dispusieron trasladarse a la casa de campo. Resultó que llegaron la misma noche de San Juan, y los campesinos y los criados estaban celebrando una fiesta con hogueras, bailes y canciones. Una de las canciones decía:
“Ésta es la noche lunera
de nuestro patrón San Juan.
Hay una princesa durmiente
que en ella despertará.
El niño que esté a su lado
con él se ha de casar…”.
Y justo en ese mismo instante, Flora y Valeria se despertaron sobresaltadas al oír un extraño y fuerte ruido que provenía de…
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